miércoles, 11 de marzo de 2015

Lloro.
Tu poesía tan atrevida y erótica,
tus manos tan largas 
tal cual una boa sobre mi cuello,
me atrapan en el letargo
y sueño que lloro de manera
perturbadora y desgarradora,
me asusta tanto que
jadeo como un animal,
mi lado humano se quedó atrás.

Me enamoro
de tu cabello teñido de sangre
como los ojos de un zombie,
relamo tus labios con mi lengua áspera,
reclamo el territorio de tus glúteos,
me empujo por el suelo que caminas,
brinco y corro con desesperación
y vuelvo a soñar que lloro.
Esta vez no hago ruido
mis lágrimas son abundantes,
te sumergen y te ahogan.

Revives y nadas como una sirena,
me convierto en un ajolote
te persigo y nado hasta a ti,
me tomas, me juegas,
me desmiembras y devoras.

Me revives en tu poesía erótica
tomo esencia con tus letras,
vuelvo a ser hombre.

Me invitas a sentarme a tu lado,
el sofá es frío y estoy desnudo
el fuego no tarda en encenderse
esta tan caliente que calcina nuestros huesos
quema las paredes, los cuadros, la alfombra
y el sofá, despierto ya no estas,
y lloro…


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