Enrique Caro
jueves, 30 de marzo de 2017
Un viejo cliché que debemos tomar en cuenta día a día.
Siempre que debas desembolsar
una suma considerable de dinero
piensa en esto:
"El dinero como quiera
que sea tarde o temprano lo recuperarás,
pero la integridad física, la salud y el
bien estar de los que amas, quizás nunca."
La vida es demasiado corta
y vivir no tiene precio.
martes, 22 de diciembre de 2015
A vivir mientras se pueda.
Pero mi
amigo, hoy en día qué no te mata;
El astro rey
y su cáncer de piel,
el alcohol
con su gran oferta de efectos y enfermedades,
esa maldita
depresión con sus suicidios,
aquella
adrenalina y sus arranques de éxtasis.
La comida
contaminada y alterada químicamente nos produce alergias y la grasa de todo lo
frito bloquea las arterias, incluso dejar de comer también nos mata con su
maldita desnutrición provocada muchas veces por la anorexia y la bulimia.
El exceso de
estupidez que día a día incrementa, provoca tragedias irremediables, bien dice
el dicho: que para estúpido no se estudia, se nace…
Y qué decir
de esa grotesca soberbia que abunda en los artistas noveles y consagrados, en
los dirigentes de los pueblos y en aquellos que tienen poder. Déjame decirte
que esta puta soberbia se toma de la mano con la envidia, dan un paseo por el
riachuelo de la prepotencia, se besan, se acarician a orillas del mar de la
arrogancia y entonces, procrean la intolerancia que crece en los hogares; se
baña, se viste, se calza y se alimenta perfectamente con todas las vulgaridades
que provee la violencia verbal, física y psicológica.
El poder
adquisitivo también nos mata, cuando compramos ropa, calzado, bebidas,
alimentos, autos, casas, juguetes, calcetines y calzones para no andar desnudos
tal cual la naturaleza nos ha mandado a este mundo. Le damos vida y crecimiento
a uno de nuestros principales verdugos; la industria y sus fábricas con sus
desperdicios y pestilencias que tiran en los ríos y mares de aquellos países
con mano de obra tan, pero tan barata que da pena y risa y después de que te da
pena y risa, sólo te quedan las ganas de pegarle de cabezazos a la pared y llorar,
pero no del dolor sino del coraje y la rabia que provoca ver como se abusa de
nuestros pueblos necesitados (esta es la esclavitud moderna).
Ya lo sé, el
cigarrillo y su diversos tipos de cáncer, de pulmón, de garganta, de boca, de
paladar, de "lengua buche y machito". (el que por su gusto muere
hasta la muerte la sabe)
La ignorancia
es otra más que mata sin ton ni son, sin decir: agua va, agua viene, no se anda
con rodeos, va al grano, saca la pistola y te pega un tiro en la cabeza,
chao...
Pero qué tal
los inseparables y eternos hermanos; el racismo y la discriminación, pueden
comenzar por un sólo individuo hasta exterminar poblaciones enteras y
evolucionar para llegar al genocidio.
Así es como
este par compite con ese tan mentado y desdichado espíritu bélico de los países
que desean seguir conquistando a los menos desarrollados. Pareciera que el
primer mundo considera un error que todos aquellos subdesarrollados luchen por
mejorar sus condiciones de vida. A aquellos de primer mundo se les olvida que
por sus calles se desbordaba la pobreza y se respiraba la hambruna, se les
olvida que la peste entraba a sus casas por las ventanas y rendijas de las
puertas.
Pero mi
amigo, qué no nos mata hoy en día; el odio que enerva nuestra sangre, la
venganza que se sirve como plato frío pero repetimos una y otra vez hasta pecar
de gula, como si se tratara de tacos, de ensalada fresca, de pollo refrito, de
pasta, de hotdogs, de un asado, de sopa aguada, de paella, de kebap, etc., etc.
Sabes, el
amor también mata, con su sanguinaria pasión que seduce hasta la más cruel y
fina persona que se desdice de este sentimiento se deja matar por él. El amor
toma un cuchillo entre sus dientes, se acerca hacia ti lenta y sigilosamente,
te embelesa el oído, te hace arrumacos, te conquista y una vez que te tiene
comiendo de la palma de sus manos, abre tu pecho vil, cruel y dolorosamente
hasta dejarte desnudo el corazón, entonces lo observa quieta y detenidamente
como si se tratara de algo fuera de este plano astral y sin decir nada te lo
arranca; lo muerde, lo pellizca, juega con él y si se cansa lo arrumba en un cajón,
en el armario o bajo la cama, total que le hace de todo lo que te puedas
imaginar, pero eso sí, nunca te lo regresa. Es más fácil que compres uno o que lo
pidas en donación a que el amor te regrese tu corazón, para él son trofeos
insignificantes, pero de su propiedad.
Es más, al nacer, cada día que pasa morimos de a poco, lentamente,
así que a vivir, mientras se pueda vivir.
Enrique Caro.
domingo, 15 de noviembre de 2015
Buenos días.
Que esta mañana vagues por las calles de
nuestra historia
busca cada recuerdo, cada momento, cada
instante
que no tuviste junto a mí.
Que en
cada esquina,
en cada parada del autobús, cada café,
cada restaurante veas pasar mi silueta alejándose
de ti,
que caigas de rodillas
y tu grito pueda escucharse al otro
lado del mundo.
Ce soir,
chaque fois que tu
écoutes ces chansons,
nous chansons,
qui ouvrent la
blessure dans ta
poitrine et
ne peut jamais
fermer.
Que esta noche,
los miedos inunden tu alcoba,
que me necesites más que nunca…
Tus manos se acartonen en su piel y tus besos
sean salados, pero tan salados que quemen
sus labios.
Que no puedas ni llorar porque quieres
pronunciar mi nombre en sus brazos,
que sientas tanta repulsión hacia ti por
amarme y no tenerme , que tus deseos
se desplomen letra a letra frente al espejo,
que la miel que pruebes te sepa amarga
y los rosales sólo te den tallos y espinas,
que en cada palabra suya escuches mi voz
y que te duela tanto que no puedas
respirar por el nudo en la garganta.
Bon soir…
Enrique Caro.
viernes, 11 de septiembre de 2015
Guerra, Muerte y Fronteras.
Dedicado a todos los hermanos Sirios que tienen la desdicha
de sufrir y lidiar con este levantamiento bélico al que se enfrentan.
Y a mis paisanos Latinos que día a día intentan
cruzar la frontera hacia Estados Unidos huyendo del crimen organizado, la corrupción
y el desempleo latente en nuestros países.
Toda muerte es un daño irreparable,
esporas sobrevuelan los
aires
hay manos repartidoras de muerte,
un dedo sobre el gatillo,
la mirada en el objetivo y un cuerpo cae desplomado,
al suelo, como un objeto desechable, inservible.
Rostros marginados llenan las fronteras,
pasaporte en mano,
otros sin él con maleta en hombro,
quieren olvidar el pasado,
lloran su presente y
construyen un futuro.
El miedo sale por sus ojos como esperanza
y motor, buscan albergue
con otra lengua,
con otra cultura, con otro modo de vida,
pero con una misma convicción “querer vivir”.
Apesta a muerte,
se le puede oler en el viento,
los caminos, a las orillas del mar,
las veredas y entre los ríos,
camina entre los que quedan atrás,
olvidados, desolados y sin refugio.
¿¡Quiénes somos nosotros,
quiénes son ellos,
quiénes son ustedes,
para levantar muros, vallas y cercas divisorias!?
Estas guerras,
para algunos un mal benigno,
para otros una tragedia,
para aquellos una desgracias,
para mí “un daño irreparable”
Todos somos culpables,
todos participes,
todos acreedores,
todos responsables,
todos somos todo y,
nadie es parte de la nada.
Al mundo se lo está llevando la chingada,
nos está llevando la chingada
y muchos seguimos sin hacer nada...
Enrique Caro.
martes, 11 de agosto de 2015
Escapemos juntos.
Me uniré a tu causa,
escapar de mis propios sentimientos a tu lado.
me enferman y me hastían.
Has una maleta,
pon aquellas cosas indispensables en tu vida;
recuerdos, anécdotas, notas musicales, imágenes,
pinturas y esa sazón de la que tanto me has hablado.
Escapemos juntos de estos sentimientos
que tengo hacia ti.
Busquemos un lugar donde nadie nos pueda encontrar,
un sitio especialmente para los dos
donde no podamos dejar huella alguna,
donde mis sentimientos no nos puedan
rastrear ni con sabuesos.
Vamos, elíjelo tú,
eres especialista, experta y maestra
como prófuga de mis deseos
te confío aquel
sitio donde mi corazón no nos pueda encontrar.
Escapemos juntos de mis deseos,
de mis sentimientos, de mis locuras,
de mis labios, de mis alucinaciones
y de mis propuestas de amor que tanto
te cagan, que tanto odias, que tanto
te encabronan,
anda,
ayúdame a escapar de mis
sentimientos hacia ti.
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