Buenos días.
Que esta mañana vagues por las calles de
nuestra historia
busca cada recuerdo, cada momento, cada
instante
que no tuviste junto a mí.
Que en
cada esquina,
en cada parada del autobús, cada café,
cada restaurante veas pasar mi silueta alejándose
de ti,
que caigas de rodillas
y tu grito pueda escucharse al otro
lado del mundo.
Ce soir,
chaque fois que tu
écoutes ces chansons,
nous chansons,
qui ouvrent la
blessure dans ta
poitrine et
ne peut jamais
fermer.
Que esta noche,
los miedos inunden tu alcoba,
que me necesites más que nunca…
Tus manos se acartonen en su piel y tus besos
sean salados, pero tan salados que quemen
sus labios.
Que no puedas ni llorar porque quieres
pronunciar mi nombre en sus brazos,
que sientas tanta repulsión hacia ti por
amarme y no tenerme , que tus deseos
se desplomen letra a letra frente al espejo,
que la miel que pruebes te sepa amarga
y los rosales sólo te den tallos y espinas,
que en cada palabra suya escuches mi voz
y que te duela tanto que no puedas
respirar por el nudo en la garganta.
Bon soir…
Enrique Caro.
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